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Equipo de carpinteros dice basta!

El ambiente laboral y la seguridad eran tan pobres que un equipo de carpinteros finalmente abandonó su trabajo.

No es legal rehusarse a trabajar a menos que aparezcan riesgos de salud y seguridad. Un equipo de carpinteros evaluó que el trabajo de renovación de un edificio era tan peligroso que tuvieron que dejar de trabajar. 

“Cuando llegamos al techo las planchas de madera terciada (plywood) estaban sobrepuestas sin haber sido fijadas. Levantamos una plancha y pudimos ver desde donde estábamos allí en el sexto piso hasta el subterráneo. La apertura era de 60x60 centímetros. Entonces tuvimos que trazar la línea y decidimos bajar hasta que las cosas se solucionaran”, explica Søren Kantstrup del equipo de carpinteros.

SUBTERRÁNEO FRíO EN VEZ DE COBERTIZO

Desde un mismo comienzo hubo problemas en el área de construcción. El primer problema fue resolver un cobertizo en vez de un subterráneo frío. La administración de la constructora fue difícil de convencer y creían que Søren estaba quejándose cuando él proclamaba:

 “ Estamos en Dinamarca. Estamos en Copenhagen. Estamos en el año 2018 y todo el mundo debe cumplir con las regulaciones del ambiente laboral.” 

Søren Kantstrup fue elegido representante del ambiente laboral pero nunca fue invitado a las reuniones de seguridad. Solo tuvo la oportunidad de participar en una reunión completa. 

FALTA DE CIERRE

Cuando los carpinteros comenzaron a trabajar en el techo se realizaban, a la vez, trabajos de demolición en todo el edificio. Ellos experimentaban que cada vez que otros trabajadores habían estado allí, sacaban los sellos de los huecos pero no eran puestos nuevamente en su lugar.

“Me dí una vuelta por el edificio y descubrí que algunos sectores no disponían de ningún tipo de cierre de seguridad y cuando lo tenían, eran planchas de 15 milímetros que ni siquiera estaban fijas. Ni siquiera el soporte brindaba mucha confianza”, cuenta Søren.

CAÍDA LIBRE: DEL TECHO AL SUBTERRÁNEO

Un día, la patrulla de seguridad del sindicato realizó una visita al sitio y se habló en términos mayores. Eso llevó a ligeros cambios. Los demoledores comenzaron a ocupar mascarillas de polvo. Pero un apropiado cerco de seguridad seguía sin ser instalado, así fue descubierto por tres carpinteros un día que subieron al techo. 

“Cuando llegamos al techo las planchas de madera terciada (plywood) estaban sobrepuestas sin haber sido fijadas. Levantamos una plancha y pudimos ver desde donde estábamos, allí en el sexto piso, hasta el subterráneo. La apertura era de 60x60 centímetros. Entonces tuvimos que trazar la línea y decidimos bajar hasta que las cosas se solucionaran. Bajamos y llamamos a nuestra compañía para decirles que nos Íbamos a casa. Nos dieron luz verde.

El área de construcción estuvo paralizada por una semana, hasta que se tomó control de la situación y todo fue propiamente reforzado.